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jueves, 11 de agosto de 2011

─═☆ Vecinos┊Adaptación ☆═─ » Capitulo 1

Bueno espero le guste, aquí les dejo el capitulo 1!!!

Inglaterra, 1173

“Maldición!” El Rey Gustav abolló el rollo de papel que había leído en una bola y lo lanzó al piso con disgusto. Pasó un momento murmurando sobre las manías y obsesiones de las mujeres, luego suspiró con resignación y extendió su mano hacia Georg. “Puedes darme el mensaje de Lord Kaulitz”.
Las cejas del hombre se arquearon con asombro ante el pedido, un poco de miedo mezclado con desconfianza aparecieron en sus ojos. “Cómo lo sabe?”
“No es magia ni adivinación ni nada parecido, Georg, simplemente experiencia. Nunca recibo un reclamo de Lady Tiernay sin que reciba un mensaje de Lord Kaulitz. Además, vi a su hombre cabalgando más temprano y asumí que él traía un mensaje. Ha habido algunas pequeñas insurrecciones en Normandía, y le pedí a Tom que se ocupase de ellas por mí. Sin duda él está esperándome para hablarme sobre eso”.
“Ah”. Relajándose, el hombre le dio el documento en cuestión.
Gustav abrió el pergamino un poco irritado por tener que explicar todo. Georg solo estaba trabajando en reemplazo de su capellán hacía dos días—su secretario habitual estaba enfermo—pero Gustav ya estaba deseando su pronta recuperación. Su substituto era un hombre muy nervioso y supersticioso, y parecía estar extremamente dispuesto a creer en la reputación Gustav como la semilla del diablo”. Sacudiendo la cabeza, Gustav enfocó su atención en el pergamino que ahora sujetaba. Un momento más tarde, estaba arrugando el pergamino y lanzando el bollo al piso no lejos del primero, y Gustav se puso de pie para empezar a caminar impacientemente delante de su trono.
Como esperaba, Lord Kaulitz había sofocado las pequeñas revueltas en Normandía y estaba en camino a su casa. Pero él también había agregado un reclamo o dos sobre su vecina. Parecía que su vasallo se sentía poderosamente hostilizado por la Lady de Tiernay y estaba asediando al rey con cartas respecto a esa mujer.
En el mensaje el Martillo de Kaulitz respetuosamente solicitaba que el rey hiciese algo respecto a esa mujer… o, él mismo, lo haría.
Sonaba muy parecido a una amenaza, y a Gustav le desagradaba mucho ser amenazado por uno de sus vasallos. De hecho, si Tom no fuese un guerrero tan valioso y no lo hubiese ayudado tan frecuentemente en los últimos diez años, lo habría hecho castigar. Pero, a diferencia de su padre, Tom había sido un hombre muy útil.
El rey hizo una mueca al pensar en el previo Lord de Kaulitz, el padre de Tom. Nacido como segundo hijo, Jörg había esperado tener permiso para unirse a un monasterio y vivir su vida rodeado por los polvorosos escritos papales que tanto adoraba.
Desgraciadamente, su hermano primogénito había muerto, forzándolo a abandonar esos planes a favor de un matrimonio que produjese un heredero. El hombre había descargado todo su resentimiento en su hijo.
Para ser honesto, en opinión de Gustav, Jörg había sido un loco. Afortunadamente, Tom todavía no había demostrado la misma tendencia. Desgraciadamente — para Tom, por lo menos —tampoco había demostrado la ansiedad por aprender lo que su padre había pasado, y ellos dos no se habían llevado nada bien. El odio de Jörg dirigido al muchacho lo había hecho huir de su casa y presentarse al servicio de Gustav cuando había ganado sus espuelas como caballero.
Ah, si la pérdida de Jörg había sido una ganancia para él, Gustav decidió. Pero eso no eximía a Tom de su obligación para respetar a su rey.

“Qué mierda voy a hacer con estos dos?” el rey preguntó a frustración.
“No estoy seguro, su excelencia. Cuál es el problema exactamente?” Georg preguntó tentativamente.
“Me doy cuenta que ambos están reclamando — y por su reacción, diría que bastante frecuentemente— pero, de qué se quejan exactamente?”
Gustav giró para lanzarle una mirada feroz, abriendo la boca para explicarle que su pregunta había sido retórica, cuando cambió de idea.
Por el contrario, él dijo, “Lady Tiernay me escribe para advertirme del comportamiento cruel y abusivo de su vecino hacia sus siervos y los aldeanos, porque ella sabe que yo no deseo ver a ninguno de mis súbditos siendo maltratados”.
“Ah... ” Georg dijo nuevamente, reprimiendo una sonrisa sarcástica ante la imitación del rey de la voz chillona de mujer. “Y Lord Kaulitz, de qué se queja?”
Gustav lanzó una carcajada. “El me escribe diciendo que Lady Tiernay es entrometida, chismosa y una arpía que le hace la vida imposible”.
“Hmmm”. El nuevo capellán se quedó callado por un momento, luego murmuró, “Su excelencia, la esposa de Kaulitz no murió varios años atrás?”
“Si. Diez años atrás. En un parto. Y Tom ha sido mi mejor guerrero desde entonces.
Siempre dispuesto para pelear, siempre en campaña con mis misiones. No sé qué haría sin él”.
“Lady Tiernay no perdió a su marido cuatro o cinco años atrás?”
“Qué?!!” Gustav frunció el ceño brevemente, luego su expresión se relajó. “Oh, no. Ese era su padre. Lady Tiernay nunca se casó. Una negligencia de su padre por no haberse ocupado de eso antes de su morir”.
“Ella está en edad casadera, entonces?”
“Oh, si. Ella ha pasado la edad para casarse, me parece. Ella debe tener…”
Gustav hizo una pausa, calculando mentalmente. “Creo que ella debe tener veinti... y pico de años”. Gimiendo, él apoyó su mano en el trono. “Y hay otro problema. Debería haberla casado hace rato. Cómo carajo pueden esperar que le encuentre un marido a una arpía como ella?” Nuevamente, el rey comenzó a caminar inquietamente.
“Tal vez ya haya encontrado uno, se excelencia”, Georg ofreció con osadía. Cuando el rey lo miró severamente, él encogió los hombros. “Quizás la solución sea hacer que Lord Kaulitz se case con ella. Resolverá ambos problemas de una sola vez. Ella estará casada, y ellos se verán forzados a resolver sus conflictos solos, sin molestar al rey”.
“Ellos se van a matar en menos de una semana!” Gustav predijo con disgusto.
“Quizás”. Georg hizo una pausa ingenuamente. “Pero aún así ambos problemas estarán resueltos, o no?”
Gustav lo contempló con admiración. “Maldición, Georg”, él finalmente jadeó. “Tienes una mente aguda y maliciosa”. él se apresuró a volver a su trono y empezó a hablar excitadamente. “Debes escribir dos mensajes en mi nombre… y llevar adelante este plan!” Entonces se dio vuelta hacia el capellán con una mirada peligrosa en sus ojos. “Y, Georg,” él agregó. “No me falles”.

═─ » Capítulo 1

Nadie se sorprendió cuando pateaste la pelota. Solamente habías hecho una pausa en tu camino a través del patio para observar jugar a los niños cuando la pelota de trapo de repente rodó en dirección tuya, y _____ impulsivamente la pateaste. Fue un error.
Goliath, quien estaba a tu lado como siempre, interpretó eso como una señal de que iban a jugar. El corrió detrás de la pelota en un segundo, ladrando alegremente y corriendo como el viento. Intentaste llamarlo de vuelta, pero tu voz fue fácilmente tapada por los gritos de los niños que empezaron a correr detrás del enorme perro. Goliath alcanzó la pelota primero. Desgraciadamente, él no entendía las reglas del juego y, como animal de caza, no la trajo de vuelta inmediatamente. Por el contrario, la tomó entre sus mandíbulas fuertes y la mordió.
No pudiste oír el material rasgándose, pero supusiste  lo que sucedía cuando las plumas de repente llenaron el aire alrededor de la bestia. Satisfecho porque había matado a su presa, Goliath caminó alegremente por al lado de los niños desesperados para soltar la pelota arruinada tus pies. Luego se sentó cómodamente sobre sus patas delanteras lo que consideraste el retrato vivo de la satisfacción. Sacudiendo la cabeza, te curvaste para levantar y examinar el juguete dañado.
“Mi lady?”
Sacaste su atención de la pelota y miraste a las dos mujeres que aparecieron a tu lado. “Si?”
“Esta es Maggie,” Ducky dijo suavemente. Ducky era tu criada, y también una buena amiga. Si ella había traído a esa otra mujer con ella, era porque había algo que las dos necesitaban. Estudiando amablemente a la mujer mayor, decidiste que te gustaba lo que veías.
“Hola, Maggie.” saludaste a la mujer, luego ladeaste tu cabeza ligeramente. “Nos sos de Tiernay.” No era una pregunta. Conocías a todas tu gente; te esforzabas por conocerlos a todos. Esa mujer no era uno de ellos.
“No, mi lady. Vengo de Kaulitz.”
Tus labios se apretaron con la noticia. Eso sólo podía significar problemas. Tus pensamientos fueron distraídos por un murmullo de descontento cuando los niños llegaron y se pusieron alrededor tuyo. Sus pequeños ojos acusadores movieron hacia Goliath y al juguete ahora inservible.
“Voy a arreglar eso”, aseguraste culposamente, aliviándote cuando viste que la promesa parecía satisfacerlos. “Ven”.
La orden era para Goliath, quien inmediatamente se puso de pie para seguirte, mientras te dirigías a la fortaleza, y las mujeres te obedecieron también. Ducky y Maggie prontamente te alcanzaron mientras los niños corrían detrás de ustedes. Cruzaron el patio, subieron los escalones y entraron a la fortaleza de Tiernay.
“Voy a necesitar algunas plumas, Ducky,” anunciaste mientras cruzabas el gran salón.
“Si, mi lady”. La mujer partió rumbo a las cocinas donde el Cocinero había estado pelando gallinas toda la mañana para la comida de la noche.
“Ustedes niños vayan a esperar a la mesa. Voy a hacer que Ducky les traiga algo para beber y dulces mientras esperan.” Diciendo eso, llevaste a Maggie y a Goliath hacia dos sillas que había cerca del fuego. Sentándote en tu lugar habitual, le hiciste señas a la mujer para que tomase el otro lugar, luego comenzaste a revisar en la pequeña cesta buscando tu aguja de costura e hilo. Goliath se acomodó en el piso a tus pies.
Estabas consciente del modo en que la mujer vaciló, luego se sentó incómodamente en el borde de su silla. Acababas de encontrar los dos artículos necesarios cuando Ducky apareció a tu lado con una fuente de madera conteniendo las plumas solicitadas.
“Gracias”. Aceptaste la fuente y sonreiste a la mujer.
“Podrías buscar a alguien para que les traiga a los niños algunos refrescos y dulces mientras ellos esperan?”
“Si, mi lady”.
Colocaste el hilo en la aguja, tu atención enfocada en la tarea mientras le preguntabas a Maggie, “Entonces, sos de Kaulitz?”
“Si”. La mujer aclaró su garganta y se movió incómodamente en su silla.
“Solía estar a cargo de las criadas allá”.
“Solía?” preguntaste. Levantaste la vista al tiempo de notar la amargura que cruzó la cara de la criada.
“Si. Fui echada de allá”, la mujer admitió reticentemente. Un minuto más tarde ella reveló, “El lord sólo quería jóvenes bonitas como criadas para servir en las habitaciones”.
Tu boca se apretó. Esa noticia no te sorprendía. Muy poco podía sorprenderte respecto al comportamiento de Hammer* Kaulitz. (*Hammer en inglés significa martillo). El trabajo y los servicios duros frecuentemente no eran Retribuidos amablemente por ese hombre. Cruel y bastardo, pensaste con irritación, entonces te forzaste a comenzar a remendar el rasgón de la pelota de los niños.
Después de varios puntos te sintiste suficientemente tranquila para preguntar, “Y qué has estado haciendo desde entonces?”
La mujer aclaró su garganta nuevamente. “El granjero White me estuvo cortejado hasta entonces. El era viudo”, ella explicó, ruborizándose como una muchacha adolescente. “Cuando me echaron, nos casamos. Atendí su casa y lo ayudé en la granja.” Su sonrisa y el rubor se debilitaron, dando lugar a la palidez y el cansancio. “El murió dos semanas atrás”.
“Lo siento mucho”, dijiste. Lágrimas saltaron a los ojos de la mujer, Maggie bajó la cabeza, y volviste tu atención a tu tarea.
Abriste la pelota y comenzaste a llenarla con plumas. Casi habías terminado con la tarea cuando Maggie se recuperó lo suficiente como para continuar.
“Supe que habría problemas. Yo no podía administrar la granja sola, por supuesto…”
“El te echó de allí y le dio la granja a otra pareja,” adivinaste.
No era un hecho infrecuente, pero en tu opinión era cruel tratar tan mal a alguien que había trabajado tan duramente y fielmente por tanto tiempo.
Maggie sacudió la cabeza. “Como siempre el envió al pobre joven Stephen para hacer el trabajo sucio.”
Sacudiste la cabeza. Stephen era el segundo en comando de Lord Kaulitz, el hombre dejado a cargo de Kaulitz mientras Hammer estaba afuera. Lo que parecía ser bastante frecuentemente. Lord Kaulitz siempre parecía estar involucrado en una u otra batalla. Pero aunque Stephen era el administrador del Castillo de Kaulitz, ninguna de las decisiones eran suyas. Seguramente Hammer le ordenaba al hombre que hiciera una u otra cosa— ninguna de ellas muy agradable. El joven Stephen sufría horriblemente por ser forzado a ejecutar tales acciones malvadas.
“Hizo que Stephen confiscase todo lo que había en la cabaña en nombre del impuesto”, Maggie continuó, llamando tu atención de vuelta hacia ella. “Entonces ordenó quemar todo eso delante de mí y me echó.”
Tus ojos se agrandaron incrédulamente. Se trataba de un impuesto de morte, un aspecto legal del sistema feudal. Pero confiscar hasta la última posesión, y luego quemar todo… bien, eso era directamente cruel. Deliberadamente cruel. “Stephen hizo eso?”
Maggie hizo una mueca. “Si. Él es un criado fiel. Se disculpó mientras, hacía eso.”
Sacudiste la cabeza solemnemente mientras terminabas de llenar la pelota y te preparabas para coser la parte final. Obviamente el joven Stephen había hecho eso. El cumplía órdenes de su lord.
“Su madre habría llorado al verlo forzado a actuar de ese modo.”
Levantaste la vista interrogativamente ante las palabras de la mujer y Maggie explicó. “Nosotras éramos amigas cuando ella vivía en la aldea. Se le habría roto el corazón.”
“Ella está muerta?” educadamente preguntaste, sabiendo que la criada necesitaba cambiar de tema para mantener la compostura. Pero si hablar sobre la madre de Stephen la ayudaría a poner distancia de sus pérdidas recientes, no veías  razón para no complacerla.
“Oh, no. Ella no está muerta. Pero cuando Stephen fue nombrado administrador y fue forzado a ejecutar estos castigos severos… Bien, ella no pudo aguantar ser testigo de eso. Ella dejó la aldea. La mayoría de las personas piensan que ella está muerta, pero yo creo que ella está viviendo en la frontera entre Tiernay y Kaulitz. Stephen frecuentemente cabalga para ese lado y desaparece toda la tarde. Creo que la está visitando”. Ella se silenció por un momento, luego agregó, “El partió con ese rumbo después de quemar mis cosas. Probablemente también fue a visitarla en esa ocasión.”
Observaste la expresión perdida en la cara de la mujer y el modo en que ella se hundía en la silla y suavemente dejiste, “Y entonces viniste a Tiernay.”
“Si”. Maggie se sentó un poco más derecha. “Mi hija se casó con o el cantinero de la aldea diez años atrás.”
Sacudiste la cabeza. Conocías al dueño de la cantina y a su esposa.
“Y ellos se ofrecieron a llevarme con ellos… pero ellos deben tener su permiso primero.”
Te quedaste callada por varios segundos. Eras responsable de las tierras y de toda la gente que vivía en ella, y entonces, como la mujer decía, tu permiso era imperativo antes que cualquiera de los inquilinos pudiesen mudarse. Tu primer instinto era simplemente asentir y decirle a Maggie que era bienvenida en Tiernay. Pero habías notado un tono extraño en la mujer cuando había hablado de la oferta de su hija. No había duda de que Maggie había trabajado toda su vida. Perder su puesto en el Castillo de Kaulitz debía haber sido muy desmoralizante. Su casamiento y posición como esposa del granjero habían salvado un poco de su orgullo, pero ahora estaba reducida a aceptar la caridad de su propia hija. Sospechabas que eso irritaba a la mujer, y ahora, considerando el asunto seriamente, sacudiste la cabeza. “No.”
“No?” Maggie parecía a punto de estallar en lágrimas, y mentalmente te retaste por expresar tus pensamientos en voz alta.
“No habrá caridad para vos, Maggie. Vos todavía sos fuerte y saludable. Puedes trabajar. Y sucede que me está faltando alguien con sus habilidades.”
Maggie perdió su mirada trágica, y la esperanza lentamente llenó su rostro mustio.
“Si. Edwith solía estar a carga de mis criadas aquí. Ella murió un mes atrás y todavía no tengo con quien substituirla. Ducky tiene que ocuparse de ese trabajo mientras también atiende sus propios deberes. Estarías haciéndonos un gran favor si tomase el lugar de Edwith. Le sacaría un gran fardo a Ducky.”
“Oh!” Para tu preocupación, la mujer repentinamente empezó a llorar. Por un momento, temiste haberte equivocado y que Maggie deseaba quedarse con su hija. Entonces la mujer te sonrió entre las lágrimas, y te relajaste.
“Oh, mi lady. Gracias”, la nueva jefa de criadas jadeó, positivamente contenta con la idea de ser útil nuevamente.
“Gracias”, dijiste firmemente, luego le sonreíste a Ducky, quien de repente apareció a tu lado. “Tal vez Ducky podría hacer con vos un recorrido por el castillo y presentarte a las muchachas que estarán bajo tu dirección”.
“Claro”. Ducky le sonrió a la otra mujer, luego te miró de vuelta.
“Boswell dice que hay un grupo aproximándose.”
“Un grupo?” levantaste una ceja interrogativamente, y Ducky sacudió la cabeza asintiendo.
“Si. Ellos llevan el estandarte del rey”.
Hiciste una pausa, luego sonreíste ampliamente. “Bien, bien. Si llegas a ver a mi tía en tu recorrida, cuéntale la noticia.” Con eso, rápidamente diste la última puntada a la pelota, amarraste y cortaste el hilo. Las dos mujeres se marcharon, y llevaste la pelota a la mesa donde sus dueños todavía estaban comiendo y bebiendo.
“Aquí tienen,” dijiste alegremente, colocando la pelota en la mesa. “Como nueva. Apresúrense con la comida, luego vayan afuera a jugar. Es un día demasiado lindo para estar en un lugar cerrado.”
Corriste hacia la puerta de la fortaleza, sacudiendo tu falda mientras te movía.
Los viajantes estaban atravesando los portones del patio cuando saliste a la luz.
Esperaste que Goliath te alcanzase, luego cerraste la puerta detrás del perro y rápidamente alisaste tu cabello. Te sintiste nerviosa.

Ese era un grupo del rey, Ducky había dicho, y podías ver que tu criada tenía razón. El estandarte de Gustav II flotaba a la vista de todos — y tu lo estabas mirando. Había llegado el día. El rey probable estaba respondiendo finalmente a las muchas cartas que le habías mandado respecto a Lord Kaulitz.
Esa era la única explicación para esa visita.
Le hizo bien a tu corazón. Habías comenzado a temer que el rey fuese indiferente al comportamiento frío y hasta cruel de tu vecino. Te habías sentido frustrada e impotente por tu incapacidad para hacer algo más que observar a los siervos y aldeanos de Kaulitz escapando y buscando refugio en Tiernay, y escribir cartas de protesta. Porque, algunas veces hasta habías llegado tan lejos como comprar a las posibles futuras víctimas de Kaulitz y salvarlas de la ira del hombre. Lord Tom, el Hammer de Kaulitz, ciertamente era el diablo con forma humana.
Pero finalmente el rey había enviado a alguien para ocuparse del asunto. Por lo menos, eso asumías, que él había enviado a alguien. Esa compañía de hombres era muy pequeña para contar al rey entre ellos. No. El obviamente había enviado a un hombre en su lugar para atender el asunto, y eso te parecía bien. El caso muy probablemente no fuese de mucha importancia para el rey; pues sólo afectaba a aquellos a quien Hammer abusaba. Comparado con las miserias de todo el reino, ese era un problema menor. De hecho, las personas de Kaulitz eran muy afortunados porque el rey Gustv estaba ocupándose personalmente del asunto.
Ese pensamiento te alegró, esperaste pacientemente hasta que el grupo de hombres alcanzó la parte inferior de los escalones de entrada; entonces fuiste a saludarlos, con Goliath a tu lado.
“Lady Tiernay?” Era el más rubio del grupo quien la saludó. El tenía una expresión esperanzada.
“Si. Viene de parte del rey”. Declaraste lo obvio, y el caballero sacudió la cabeza, una sonrisa se curvó en sus labios mientras tomaba tu mano y se inclinaba para depositar un beso sobre tus nudillos. “Lord Georg, a su disposición.”
“Es bienvenido aquí en Tiernay, Lord Georg,” dijiste formalmente, luego colocaste la mano sobre tu brazo y giraste en dirección a los escalones. “Debe estar hambriento y sediento después del viaje. Permítame darle la bienvenida con comida y bebida”.
Sacudiendo la cabeza, Lord Georg subió los escalones contigo, dando órdenes por encima de su hombro mientras avanzaban. Casi alcanzaban la puerta de la fortaleza cuando el grupo de niños salió. Riendo y gritando en un segundo, y azorados y mudos al siguiente. Viendo a Lord Georg y a ti, el grupo murmuró sus disculpas y bajó los escalones, para lanzarse en una carrera ruidosa una vez que estaban en el patio. Sonreíste e ignoraste la mirada interrogativo que Georg te lanzó.
Haciéndolo entrar, guiaste al hombre del rey hacia la mesa que los niños habían dejado. Lo acomodaste en la silla de la cabecera que tu padre siempre había ocupado, luego te excusaste para hacer un viaje rápido a las cocinas. Volviste minutos más tarde con un grupo de criados siguiéndote, trayendo la mejor comida y el mejor vino disponible en la Fortaleza Tiernay, en tus más bellas bandejas de plata. Después que nerviosamente supervisaste el servicio de Lord Georg, te acomodó al lado de él y sorbiste calladamente de un jarro con aguamiel mientras él comía. Estabas impaciente por confirmar el propósito de su visita, pero sabías que sería rudo hacer eso antes que él satisficiese su hambre y su sed.
Afortunadamente para tu estado de ánimo, Georg no era un hombre de perder tiempo saboreando la comida. El devoró una cantidad asombrosa de comida —y aún más de vino — en un instante, luego se sentó hacia atrás con un suspiro satisfecho y sonrió.
“Debo elogiar su buena mesa, mi lady”.
“Gracias, mi lord”, murmuraste, preguntándote como sacar el tema del propósito de su viaje. Georg pronto puso fin a esa preocupación sacando un rollo de papel de entre sus ropajes voluminosos.
“Le traigo noticias del rey”. él colocó el pergamino delante tuyo, luego aguardó a que lo leyeses.
Con manos de repente temblorosas, rompiste el sello y rápidamente desenrollaste el pergamino, tu mente febrilmente evaluando las posibilidades de como el rey tenía intención de castigar tu vecino por el tratamiento rudo que le daba a las personas.
Designar a alguien para vigilarlo? Imponerle una multa? Castigarlo?
“Casarme con él? ” Las palabras parecieron gritar desde el pergamino mientras leías su contenido.

Comenten que les pareció, creo que ahora ya pueden comentar con esta plantilla =)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

genial capitulo siguiente por favorrrrrrrr

Alien dijo...

seria genial q siguiera esta nove ;)

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